lunes, 12 de septiembre de 2011

INTRODUCCIÓN

Lo que vamos a hacer no es construir una pieza de teatro, sino un prototipo: un plano, un diseño, de como construir el motor de una pieza de teatro. Una pieza de teatro documental, en este caso.
Tenemos:
 96 horas para darle vueltas a las cosas, tres actores, tres músicos, dramaturga, diseñador audiovisual, asistente de dirección, un director. Recursos monetarios, de espacio, de materiales, aunque limitados, suficientes. Suficientes, porque de alguna manera resultaría obsceno hacer una gran inversión material en una pieza de contenido social, en el contexto de nuestro país, aquí y ahora.
La inversión no debe ser en objetos, sino en gente.
Diciendo esto hacemos el primer manifiesto: el principio de trabajo será la gente, no las cosas. Y si algún día tenemos mas dinero, contrataremos mas gente. Esta por escrito.
Materiales creativos: 15M como fondo de trabajo, música barroca y el trabajo de BANKSY como superficie.
La primera semana es la gente, la segunda será el fondo, la tercera y cuarta la superficie.
El material político con el que trabajamos, el contexto, nos obliga éticamente a un compromiso con el mismo: el teatro documental nos presenta la primera tensión a explorar. ¿Puede deconstruirse una revuelta social? Y si se puede ¿con que fin?
El objetivo es andar hacia un trabajo que llegue a ser estructurado. Si esto fuera un proceso de montaje al uso, estaríamos preparados para montar, quizá, el día después de la muestra. A día de hoy, no sabemos quienes somos. Y nos tenemos que conocer.
Hay una serie de personas en la sala: Juanma, Raul, Monica, Irene, Lola, Elvira, Carla, Julian, Yasmina y Pedro.
La primera tarea es empezar.
Y, aquí, mi trabajo no es dirigir, sino enfocar. Voy enfocando materiales hacia un fin, y dicho fin lo vamos descubriendo entre todos. Mi responsabilidad es no perder el norte que hemos decidido tomar, en asamblea. Y asegurarme de que todo el mundo tiene poder de decisión sobre el mismo. La responsabilidad del director en el teatro colaborativo no debe ser la de manifestar su visión, sino la de facilitar la de todos, incluyendo en ella su tarea organizativa especifica. Y es una tarea profundamente política. Esta es la primera conclusión y el primer compromiso.
¿Es una utopía, esto? No. 
Eso, lo se ya a ciencia cierta. La democracia es mas fatigosa que la dictadura, eso, lo sabemos.
Este laboratorio gira necesariamente también entorno a la creación de una ética de trabajo.
Como dijo Elizabeth LeCompte, del Wooster Group: ‘Un proyecto trata siempre sobre el proyecto’. 
Seamos muchas cosas, pero nunca mentirosos. Fundamentalmente, porque no hace falta.
Es un enorme malgasto de energía. 

Julián Fuentes

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